domingo, 25 de enero de 2009



Se asombra al verme, no me vio venir. Se levanta, me toma entre sus brazos y me da un beso apasionado. Su beso recorre millones de terminaciones nerviosas, me estremezco. Confirmo que es Él: nunca nadie me hizo sentir así. Abre la puerta de su edificio, lo sigo con paso decidido....

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